Algunas técnicas agrícolas que han existido desde hace siglos están ayudando a crear biocombustibles que podrían contribuir a la descarbonización del transporte. Una práctica muy extendida son los cultivos de cobertura que ayudan a proteger y nutrir el suelo entre los periodos de siembre de los cultivos alimentarios tradicionales.
Un ejemplo es la carinata, una planta oleaginosa de cobertura invernal que también puede destinarse a la producción de aceite para la producción de biocombustibles. Esto proporciona a la carinata y a cultivos similares el potencial de ser una de las soluciones a gran escala para ayudar a descarbonizar el transporte a nivel mundial.
“Los cultivos de cobertura permiten disponer de un escenario en el que todos ganan: son útiles para los agricultores y también pueden desempeñar un papel importante en la transición energética”, dice Ángela Ruiz Garzón, gerente del programa global de materias primas de bp. “Lo más importante es que pueden mejorar la salud del suelo y además generar aceite que se puede emplear para producir biocombustibles sin interrumpir ni competir con la producción de cultivos alimentarios, ya que se pueden plantar en la misma tierra entre los ciclos de los cultivos principales.”
Un cultivo de cobertura es aquel que tiene como propósito proteger o mejorar la salud del suelo entre los períodos de producción de cultivos principales. Los cultivos de cobertura además incrementan la fertilidad del suelo, mejoran su capacidad de retención de agua, lo oxigenan y disminuyen su erosión, al mismo tiempo que evitan la necesidad de utilizar tierras adicionales para su producción.
Los biocombustibles están destinados a desempeñar un papel esencial en la ayuda a la descarbonización del transporte, particularmente en la aviación, el transporte marítimo y el transporte por carretera. Se pueden producir a partir de diferentes materias primas, desde cultivos sostenibles hasta residuos orgánicos. bp utiliza una gran variedad de materias primas, así como diferentes tecnologías, para aumentar la producción de biocombustibles.
Los biocombustibles no requieren la instalación de nueva infraestructura y se adaptan a los motores ya existentes de los diferentes vehículos, bien sea mezclados con combustibles fósiles o, en muchos casos, como sustituto directo. La demanda de biocombustibles está creciendo y bp planea invertir en aumentar la capacidad de producción de biocombustibles en varias de sus plantas ya existentes.
La Directiva de Energías Renovables es la principal vía en la que la Unión Europea incentiva el uso de combustibles renovables en diversos sectores. La revisión más reciente establece como objetivo que el 29% de la energía utilizada en el transporte sea de origen renovable y que la intensidad de carbono de los combustibles para el transporte se reduzca en un 14.5% para 2030.
La directiva también establece criterios de sostenibilidad para garantizar que los combustibles renovables contribuyan a reducir las emisiones globales de gases de efecto invernadero y que se protejan otros factores sociales y ambientales. Para ello, la directiva define que en el Anexo 9A deben identificarse las materias primas más avanzadas, promoviendo su utilización en el transporte junto con la electricidad y los electrocombustibles.
Además, se deberá garantizar la disponibilidad de volúmenes significativos de estas materias primas para alcanzar el objetivo de reducción de emisiones. Los cultivos de cobertura cumplen con los criterios de sostenibilidad definidos en la directiva y por ello han sido incluidos a nivel europeo en el Anexo 9A para la producción de biocombustible para la aviación.
En el caso de España, es muy importante que se asegure la transposición completa de la directiva en el ordenamiento jurídico nacional lo antes posible. Una lista positiva de materias primas elegibles actualizada evitará distorsiones en el mercado europeo e impulsará las inversiones en nuestro país, acelerando la transición energética, la economía circular y el despliegue de materias primas sostenibles avanzadas.
Para los agricultores, los cultivos de cobertura no son una técnica nueva. Se han utilizado durante cientos de años, aunque la práctica decayó en el siglo XX. Eso está cambiando, gracias a la versatilidad y múltiples beneficios de algunos de estos cultivos: como materia prima para biocombustibles bajos en carbono y como una medida para prevenir la erosión del suelo y enriquecerlo entre los cultivos destinados a la alimentación.
Los beneficios potenciales de los cultivos de cobertura son enormes en Europa. Por ejemplo, se estima que destinar solo el 10% de la tierra cultivable disponible a la oleaginosa podría producir más de cinco millones de toneladas de biocombustibles sostenibles, suficientes para alimentar más de 100,000 vuelos transatlánticos (basado en un vuelo Londres - Nueva York).
“Los cultivos de cobertura pueden generar volúmenes significativos de biocombustibles si siguen prácticas agrícolas sostenibles y programas de certificación. Al mismo tiempo, pueden producir harina de alto contenido proteico para piensos animales y mejorar la salud del suelo en beneficio del próximo cultivo principal que se plantará en la tierra”, dice Ángela.
“Incluso es posible que los cultivos de cobertura para producir biocombustibles también proporcionen beneficios como la mejor oxigenación del suelo, ya que estas plantas capturan carbono incremental de la atmósfera y lo almacenan en el suelo a través de sus sistemas de raíces, permitiendo que permanezca allí después de su cosecha.”
bp ya está utilizando el aceite producido por Nuseed Carinata en la producción de biocombustibles a pequeña escala. “Nuestras refinerías han trabajado para comprender cómo descomponer mejor los aceites procesados a partir de semillas, como la carinata, en moléculas que son similares a las de los combustibles fósiles, para que puedan mezclarse y usarse en combustibles”, dice Ángela.
Durante los últimos años, las refinerías de bp en España, Alemania y los Países Bajos han demostrado que bp puede tratar con éxito el aceite de carinata junto con el petróleo crudo en las instalaciones ya existentes en las refinerías. Este método es conocido como coprocesamiento. Los equipos de las refinerías, que refinan principalmente petróleo crudo, realizaron estas pruebas en conjunto, compartiendo experiencias y aprendiendo unos de otros a medida que se lograban avances.
Esas pruebas de coprocesamiento de Nuseed Carinata produjeron una pequeña cantidad de combustible de aviación sostenible que los clientes de bp pueden utilizar actualmente.
“Estamos trabajando para tener la capacidad coprocesar biocombustibles en toda la cadena de valor, desde la obtención de las materias primas hasta la oferta comercial en los diferentes mercados internacionales”, dice Ángela.